La historia del mojito

El mojito se relaciona de forma inevitable con La Habana y el  Caribe.  Pero su origen es un tanto incierto,  a pesar de que la creación del famoso cóctel  se atribuye  a Sir Francis Drake, un pirata inglés del siglo XVI.

Todo empezó en una Gran Expedición al Nuevo Mundo que se hizo en el barco de Drake, donde se desencadenó una epidemia de escorbuto y cólicos. La  tripulación estaba desesperada por encontrar una curación,  y Drake desembarcó con un grupo en Cuba para buscar un remedio.

 A la  vuelta  regresó con una mezcla local de aguardiente de caña (un precursor del ron actual), mezclado con lima, jugo de caña de azúcar y menta. Por alguna  razón, esta mezcla acabó con los  síntomas  de la enfermedad y fue bautizada como «El Draque» en honor de Drake.

La  explicación al fenómeno tenía  su  razón de  ser:  cada uno de sus  ingredientes tenía propiedades. Vamos a verlas. 

Las propiedades de los ingredientes del mojito

La  eficacia  del mojito para  combatir  aquellos  síntomas, tenía explicación. Por un lado, el aguardiente de caña aportaba  calor.

La lima,  muy rica en vitamina C,  combatía el escorbuto, enfermedad que en aquella época  sufrían los marineros debido a la deficiencia de esta vitamina al no consumir  frutas y verduras frescas durante meses. La menta era refrescante y digestiva,  y el azúcar, que no tiene ninguna propiedad nutritiva, al menos suavizaba el sabor.

Quizás por este motivo, el mojito se empezó a usar también como remedio para aliviar las molestias estomacales. 

El  origen del nombre del cóctel

Entre los siglos XVII y XVIII, el aguardiente de caña,  llamado también tafia, se empezó a  destilar y se convirtió en ron. Cuando en 1860 su producción comenzó a ser más refinada con introducción de alambiques de cobre y al proceso de envejecimiento, el ron sustituyó al aguardiente. En Cuba, a esta  mezcla se la llamaba anteriormente  «draquecito», y a partir de usar ron, se rebautizó como mojito, un aliño cubano a base de lima empleado para  aderezar platos. 

Con el paso del tiempo, el escritor Ernest Hemingway contribuyó  a popularizar este cóctel,  que acostumbraba a consumir en la “Bodeguita del medio”.    Este lugar era conocido en Cuba por sus deliciosos mojitos y porque era frecuentado por personalidades  como  Pablo Neruda, Salvador Allende, Mohammed Ali o García Márquez.

Durante  los años 20 y 30, durante la Ley Seca Norteamericana,  muchos estadounidenses adinerados viajaban a Cuba para poder beber tranquilamente, y La Habana se convirtió en un paraíso para ellos.

A principios del siglo XXI, la fama internacional  del mojito experimentó un gran crecimiento,  al que el turismo, el cine y la publicidad,  influyeron mucho.

Hoy en día hay más de 100 formas diferentes de preparar un mojito, para todos los gustos. Algunas versiones contienen hierba de limón y la albahaca, otras sustituyen  el ron por el tequila.  Pero la receta genuina de mojito sigue  siendo la  preferida por la mayoría: ¿para qué cambiar un cóctel tan bien logrado?