Por qué los tomates no saben como antes

La  mayoría de los paladares finos coinciden en que los tomates ya no saben como antes. Pero ¿es eso cierto? 

El tomate es una hortaliza que evoluciona continuamente, ofreciendo diversas variedades para aprovechar el mejor rendimiento de las tierras de cultivo. De hecho, con los años se ha logrado que los tomates sean más digestivos y con un nivel de toxicidad mucho menor que cuando se trajeron de América. 

Fue en Italia donde a fuerza de seleccionar y  cruzar diferentes variedades de tomates, donde finalmente se logró esta hortaliza fuese más rica en agua y nutrientes, reduciendo los agentes alcalinos tóxicos. Después de varios  siglos, el tomate no ha dejado de evolucionar, por lo que a cada generación le parece que su sabor es diferente.

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Qué influye en el sabor  de los tomates

Uno de los factores que influye es el cultivo de los agricultores, que no siempre es el mismo. También depende de la ubicación del plantío, la calidad del agua de regalo, y el uso de nutrientes a cargo del agricultor. Por este motivo, es posible que dos tomates que procedan de la misma zona tengan un sabor diferente.

Otro factor que influye mucho es la temporada en la que se recolectan los tomates. Antaño, se consumían solamente en verano, su mejor temporada, y al haber estado aguardando su llegada durante todo el año, se apreciaba más. Sin embargo, en la actualidad se consume tomate todo el año, y cuando no es su temporada el producto pasa mucho tiempo en cámara frigoríficas.

Esto implica que pierdan sabor como consecuencia del frío, y que se altere su ciclo de maduración natural. La única variedad de tomate que resiste en este sentido es la variedad Daniela, ya que tolera muy bien la baja temperatura seleccionada para exportarlo a países nórdicos.

Cómo guardar el tomate en la despensa

Una vez tenemos los tomates en casa, el modo en que los conservemos también influirá en su sabor. Lo más aconsejable es, en lugar de guardarlos en el frigorífico, hacerlo  en un lugar fresco y seco que no aparte humedad a la piel del tomate.  Si hace tanto calor que peligra su conservación y nos vemos obligados a guardarlos en la nevera, los meteremos en una bolsa de papel. 

También evitaremos guardarlos junto a cítricos como naranjas, limones o pomelos, porque generan una substancia que provoca que los tomates maduren demasiado rápido. Llegado el momento de degustar el tomate, en el caso de estar guardado en la nevera lo sacaremos una hora antes de su consumo, así su sabor será más intenso. 

Soñadora e idealista pero con los pies en el suelo y con una visión muy clara de la realidad. Quizás sea toda una paradoja en sí misma que traduce en una insana curiosidad por todo lo que la rodea.